En la reciente cumbre del G-20 celebrada en Río de Janeiro, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó una propuesta innovadora y ambiciosa: destinar el 1% del gasto militar de los países miembros a un programa global de reforestación. 

El cambio climático, la inseguridad desbordada, desempleo y pobreza siguen provocando migraciones masivas en Centro América y Sudamérica, principalmente de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Venezuela y Colombia, y miles de personas intentan llegar a México y emprender su marcha a la frontera norte y buscar ingresar a Estados Unidos.

National Geographic ha producido varios reportajes sobre la gran contaminación que producen los neumáticos. Y claro, en pleno sigo XXI sería una locura prohibir que los autos circulen por la calles, a manera de solución; eso es tan absurdo como cerrar todas las cantinas, restaurantes y bares para que la gente ya no beba alcohol.

El gobierno de Claudia Sheinbaum ha lanzado el nuevo Plan Nacional de Energía, un proyecto que promete transformar el sector energético de México bajo cuatro ejes estratégicos. Este plan se enfoca en la transición hacia energías renovables, la reducción de emisiones de carbono, el fortalecimiento de la soberanía energética y el acceso universal a la energía.

 El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado un Punto de Acuerdo para solicitar a la Secretaría de Movilidad (Semovi) y a las 16 alcaldías conformar mesas de trabajo con el objetivo de analizar la viabilidad de aplicar una tarifa única en estacionamientos públicos.

El crecimiento poblacional en México ha doblado los débiles programas de planeación de la entidades, y al hacerlo el desequilibrio ambiental va en aumento. Se pierden anualmente importantes superficies de bosques, barrancas, cerros y hasta selvas, y con ello el riesgo es mayor contra los principales elementos: oxígeno y agua, los cuales nos los brindan los ecosistemas sanos.