Presión que hace crisis en Xochimilco
Viviendas y pavimento intensifican el deterioro ambiental en la zona chinampera de Xochimilco, y esto es debido a la regularización de asentamientos irregulares.
Por Alejandro Ramos Magaña
Viviendas y pavimento intensifican el deterioro ambiental en la zona chinampera de Xochimilco, y esto es debido a la regularización de asentamientos irregulares.
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Esta región mexicana, que ha tenido repercusión en los ámbitos nacional e internacional, silenciosamente ha enfrentado al paso de los años un deterioro en su valor ecológico e histórico; los cambios de uso de suelo legales e ilegales, así como las omisiones de las autoridades son constantes a manos de una burocracia cortoplacista.
Por ejemplo, el 11 de enero pasado el entonces gobierno de la Ciudad de México regularizó 48 asentamientos irregulares en esta zona chinampera, y siete de ellos impactaron al Barrio de Caltongo, ubicado al centro de Xochimilco. Con la iniciativa de legalización se dio luz verde a la construcción de viviendas en zona chinampera, y lo que eran canales ahora serán callejones. Y esta situación se reproduce en una amplia extensión de la aún región lacustre.
Vale subrayar que Xochimilco es el punto de referencia mundial por sus chinampas (donde se cultivan hortalizas y flores), y por su aún riqueza lacustre que data de la época prehispánica.
Desde la década de 1980 este entorno lacustre, ubicado al sur de la Ciudad de México, levantó las alertas mundiales por el caótico avance de la urbanización. Fue en 1987 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) le otorga a Xochimilco la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad con el fin de contribuir a la conservación de sus recursos naturales. Y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en 1986 tomó bajo su protección a la zona rural y lacustre.
Sin embargo, en dos ocasiones ha estado a punto de perder la declaratoria internacional debido al desorden que prevalece en el crecimiento de los asentamientos humanos, muchos fuera de norma.
Los asentamientos irregulares se multiplican en la alcaldía Xochimilco y sumaban 330 hasta 2023. Algunos datan de hace más de 40 años, y todos se han ido consolidando en laderas, barrancas y en área natural protegida con precarios equipamientos urbanos. Por eso las descargas del drenaje van directo a los canales de riego; el agua está altamente contaminada.
Las zonas más impactadas están en los pueblos de Santiago Tulyehualco, San Gregorio, Santa Cruz, Nativitas, Santa Cecilia, San Mateo Xalpan, Santiago Tepalcatlalpan, San Francisco Caltongo, entre otros.
La excesiva extracción de agua del subsuelo ha provocado que algunas chinampas se inunden y que otras se sequen, y los más grave se presenta en San Gregorio Atlapulco. La sobrevivencia chinampera está en peligro.
Se trata de un ecocidio que las invasiones están acelerando y por eso los canales se van desecando, otro tanto contaminados por descargas domiciliarias, proliferan los tiraderos de cascajo y basura, y espacios naturales ceden a canchas de futbol y baños públicos.
Estos asentamientos irregulares no se detienen y se han tolerado a través de cadenas corruptas y de omisiones de los gobiernos en turno.
El resultado es que la zona de Xochimilco se encuentra muy descuidada en materia urbano-ambiental, y requiere de un plan de inversión y de conservación en la región lacustre.
Estudios de investigación se acumulan cada año, como los realizados por la UNAM, la UAM Unidad Xochimilco y Centro Geo (adscrito al Conacyt), pero que no terminar con empatar con planes maestros de crecimiento y desarrollo sustentable, principalmente por falta de recursos y voluntad política de los gobernantes.
Pese a este escenario altamente desfavorable, Xochimilco sigue siendo un tesoro mundial por la zona chinampera, pero le urge un plan de saneamiento de sus canales y cancelar las descargas de los drenajes, así como de una cartera de inversiones público-privadas congruentes con el respeto al ambiente.
Xochimilco representa una atracción global y eso se debe potencializar, pero se está perdiendo por el desorden urbano y por la carencia de agua. Nuevos proyectos pueden ayudar a la conservación y no provocar otros impactos colaterales en la región.
PROYECTO CONGELADO
En 2008, las entonces autoridades del gobierno de Marcelo Ebrard, junto con un grupo de empresarios, intentaron impulsar un proyecto ambicioso de dotar de nuevos servicios de esparcimiento, conservación y transportación a la zona turística de Xochimilco.
La intención era que a través de la inversión privada se lograra una transformación urbana-ambiental-turística, y que esto permitiera en paralelo impulsar planes gubernamentales de ordenamiento al crecimiento de Xochimilco.
Se trató de crear un plan maestro, cuya primera plataforma de acción era la construcción de una acuario en la zona turística, que buscaba proyectar la biodiversidad de México y el mundo. Además, se tenía como objetivo de investigación crear un centro nacional de reproducción y conservación de la fauna acuática en peligro de extinción.
El proyecto consistía en crear un acuario de seis niveles y se ubicaría en la zona lacustre de Xochimilco, previo a realizar trabajos profundos de saneamiento.
Se focalizó un cambio en la infraestructura vial y se proyectaron optimizar los espacios de estacionamiento y, además, elevar el Periférico para crear una conexión vial entre norte y sur. De igual forma, se planeó hacer un paso a desnivel en el Periférico para crear varios accesos al complejo turístico.
En cuanto a la red de transporte regional, se propuso crear ciclovías, llevar el Metrobús y nuevas rutas de autobuses. También la construcción de un paradero sobre Periférico.
Se le puso énfasis a la recuperación de humedales y el agrandamiento de los cuerpos de agua, los cuales serían unificados.
Sobre la situación del agua en Xochimilco, actualmente ésta proviene del río San Buenaventura, el cual es contaminado desde la zona oeste, posteriormente, el agua es tratada en una planta del Cerro de la Estrella y después regresa al Canal Nacional, Lago Huetzalín, Región de las Chinampas y Canal de Cuemanco.
La propuesta era tapar los canales contaminados, recuperar los canales de las ciénegas y construir una planta de tratamiento para generar agua potable.
En la parte energética se proyectaba la construcción de paneles solares sobre el Mercado de las Flores y una planta de biogás, la cual generaría energía eléctrica para el acuario. Y en el caso del Mercado de las Flores, lo paneles solares generaran electricidad para el propio inmueble.
La transformación apuntaba al Deportivo Cuemanco, Mercado de las Flores, Parque Ecológico Xochimilco, Pista de Canotaje Virgilio Uribe y clubes deportivos.
Se trató tal vez de un único esfuerzo tripartito donde participaron gobierno de la Ciudad de México, inversionistas privados y comuneros de la región.
El proyecto de transformación abarcaba cuatro años de obras de construcción y saneamiento, y debía sentar las bases para un plan maestro de conservación de la zona lacustre para los siguientes 30 años. Toda esta iniciativa se frenó ‒sin tener claridad qué lo obstaculizó‒ y Xochimilco se volvió a quedar envuelta en el sueño de poder recuperar su esplendor lacustre.
RECONOCIMIENTO
El 26 de septiembre pasado, el arquitecto Mario Schetnan, fundador del Grupo de Diseño Urbano (GDU), y quien encabezó, entre 2019-2020, la rehabilitación del Parque Ecológico de Xochimilco (PEX), fue galardonado con el Premio The Landmark Award, el fue entregado por la Sociedad Americana de Arquitectos Paisajistas.
La recuperación del PEX abarcó sus 227 hectáreas e incluyó reforestación (1,500 árboles de la región), saneamiento forestal de 25 mil ejemplares y limpieza de canales, creación de jardines y pasos peatonales, entre otras acciones.
Ojalá este tipo de iniciativas y galardones detonen planeas de recuperación de mayor impacto en toda la región lacustre de Xochimilco.