México ante el nuevo orden comercial: de la crisis a la oportunidad
La redefinición de la política comercial de Estados Unidos ha generado un nuevo escenario global. De los 14 tratados comerciales que mantiene Estados Unidos, solo el T-MEC quedó sin modificaciones, lo que preserva el acceso preferencial de nuestro país al mayor mercado del mundo.

Por Sofía González Torres
La redefinición de la política comercial de Estados Unidos ha generado un nuevo escenario global. De los 14 tratados comerciales que mantiene Estados Unidos, solo el T-MEC quedó sin modificaciones, lo que preserva el acceso preferencial de nuestro país al mayor mercado del mundo.
Este hecho marca una diferencia relevante, pero no es motivo de celebración automática. Más bien, es una señal clara de que México tiene una oportunidad sobre la mesa, y que aprovecharla requiere visión, trabajo coordinado y voluntad para transformar las condiciones internas que hoy limitan el potencial de crecimiento.
Una posición estratégica, no exenta de riesgos
La exclusión de México de las represalias arancelarias de Washington podría convertirse en una ventaja competitiva real. Actualmente, las exportaciones mexicanas representan una sexta parte de los más de 3 billones de dólares que Estados Unidos importa cada año. Si la tendencia continúa, México podría superar el 20% de participación en el mercado estadounidense, desplazando aún más a China, el país más afectado por las nuevas medidas.
Sin embargo, este escenario también implica riesgos. De acuerdo con un modelo económico de Bloomberg, los nuevos aranceles podrían restar 2.8 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de Estados Unidos y provocar una inflación adicional de 1.5 puntos, acercando al país a un contexto de estanflación. Si la economía estadounidense se desacelera, es probable que las exportaciones mexicanas enfrenten una ruta similar o, incluso, retrocesos, como ya ocurrió en febrero.
Por ello, fue acertado que el Gobierno de México no celebrara en exceso su exclusión de las nuevas medidas proteccionistas, y que en cambio haya anunciado el fortalecimiento del llamado Plan México, con medidas puntuales para atraer inversión, proteger el empleo y consolidar cadenas de valor regionales.
Sectores estratégicos que deben fortalecerse
El potencial de crecimiento no está únicamente en los sectores tradicionales como el automotriz o el acero. Existen industrias con alto valor agregado y creciente relevancia global que requieren atención urgente:
● Industria farmacéutica: México es el segundo proveedor de medicamentos de Estados Unidos, con exportaciones anuales superiores a 8 mil millones de dólares. La producción de genéricos y biotecnología abre una vía para consolidar empleos bien remunerados.
● Agroindustria: Las exportaciones agrícolas mexicanas superaron los 50 mil millones de dólares en 2024, con productos como aguacates, berries, tomate y carne de res. La ventaja logística y comercial debe traducirse en inversión en tecnología e infraestructura rural.
● Electrónica y semiconductores: Este sector exporta más de 70 mil millones de dólares al año. La relocalización de cadenas productivas —nearshoring— es una ventana que exige acciones firmes para atraer centros de diseño y manufactura avanzada.
Condiciones internas que deben cambiar
Aprovechar esta coyuntura no es tarea automática. Requiere, entre otras cosas, cambiar las condiciones internas que afectan la confianza empresarial: certeza regulatoria, mejora del Estado de Derecho, simplificación de trámites y garantías para las inversiones a largo plazo.
El buen desempeño de las exportaciones mexicanas —que alcanzaron 83,317 millones de dólares en enero y febrero de 2025, con un crecimiento del 6.4% respecto al mismo periodo de 2024— demuestra que cuando hay estabilidad, la economía responde. Pero si no se toman medidas adicionales, esta ventaja puede diluirse.
La ventana sigue abierta
México no puede confiar solo en el T-MEC para sostener su crecimiento. Necesita construir una estrategia de largo plazo que fortalezca sus sectores estratégicos, diversifique mercados y consolide su papel como socio confiable en un mundo comercial cada vez más incierto.
La oportunidad existe, pero aún está en construcción. El reto ahora es convertir esta coyuntura en un verdadero motor de inversión, empleo y bienestar para millones de familias mexicanas.