Oootro anuncio en la recolección de basura
En la Ciudad de México el tema del manejo de los desechos urbanos aún mantiene serios rezagos que abollan cualquier proyecto de sustentabilidad, como el recién anunciado por la jefa de gobierno, quien pretende modernizar el parque vehicular de recolección de basura.
Por Alejandro Ramos Magaña
En la Ciudad de México el tema del manejo de los desechos urbanos aún mantiene serios rezagos que abollan cualquier proyecto de sustentabilidad, como el recién anunciado por la jefa de gobierno, quien pretende modernizar el parque vehicular de recolección de basura.
El Inventario de Emisiones 2022, el último realizado por la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema), en la capital del país, señala que de los 2,724 camiones recolectores de desechos que operan en las 16 alcaldías de la CDMX, el 75% se encuentran en malas condiciones mecánicas y son unidades altamente contaminantes.
Además, el 83% de dicho parque vehicular utiliza diésel con alto contenido de azufre (350 partes por millón, mientras la mayoría de las unidades del Metrobús emplean diésel de ultrabajo azufre, 15 partes por millón, como establecen normas internacionales).
La contaminación que generan los camiones recolectores es de partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5), las más dañinas a la salud humana, pues afectan pulmones y el corazón, entre otros, y son causantes de muertes prematuras en la población vulnerable como niños y ancianos, principalmente de quienes padecen males pulmonares y cardiacos crónicos.
Un agregado más: las emisiones de estos camiones contribuyen al calentamiento global, ya que el último registro de 2021 señala que todo el parque recolector emitió 21 millones 88 mil kilos de bióxido de carbono.
Y para rematar aproximadamente el 65% de dicho parque vehicular tiene más de 15 años de antigüedad.
La jefa de gobierno, Clara Brugada, informó que va a renovar toda la flota de recolectores por unidades nuevas, aunque no precisó si impulsará la electromovilidad en las operaciones de la recolección de residuos sólidos urbanos.
De acuerdo con trabajadores de limpia, en el Centro Histórico operan 12 recolectores eléctricos, de tal forma que ese modelo puede ser replicado en toda la CDMX aprovechando la renovación.
En la Ciudad de México, con una población de 9 millones 209 mil 944 habitantes (INEGI, Censo 2020), existen aproximadamente 60 mil trabajadores de limpia, de los cuales 25 mil laboran con contrato y prestaciones de ley, el resto pertenece a un “ejército” de voluntarios y pepenadores que viven de las propinas y de lo que obtienen del reciclaje de algunos materiales como cartón, papel, telas, plástico y aluminio, entre otros, me dice Héctor Castillo Berthier, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
El también experto en el tema de la basura advierte que en la colonia Renovación, en Iztapalapa, existen casi 15 mil pepenadores que realizan su trabajo sin ningún equipo adecuado para procesar los residuos sólidos, que muchas veces vienen contaminados con bacterias, hongos y virus.
Pero sabemos por testimonios de los trabajadores de limpia que la mayoría no cuenta con el equipo adecuado para la recolección de los desechos.
En las zonas limítrofes entre la Ciudad de México y municipios del Estado de México existen auténticos tiraderos a cielo abierto que se convierten en generadores de emisiones de sustancias volátiles que contienen los desechos, y por los gases provocados en la fermentación de los residuos orgánicos.
Actualmente, no hay programas metropolitanos que atiendan este problema de los desechos hasta la disposición final de los residuos.
En la Ciudad de México, desde diciembre de 2011 en que cerró definitivamente su último relleno sanitario, Bordo Poniente, los desechos son enviados a cuatro rellenos sanitarios del Estado de México y uno del estado de Morelos. Y el costo de traslado y el uso de estos depósitos es muy alto. La Ciudad de México paga aproximadamente 2 mil 800 millones de pesos al año por enterrar la basura en predios de estados colindantes.
Según las autoridades capitalinas, la Ciudad de México genera en promedio diario 12 mil 700 toneladas de residuos sólidos, y 8 mil 600 toneladas van directo a los rellenos, el resto se reciclan y se aprovechan para composta.
El anterior gobierno capitalino, que encabezó la hoy presidenta Claudia Sheinbaum, proyectó un ambicioso programa: Basura Cero, en el que se intentó intensificar el reciclaje y la realización de compostas, entre otras. Una de las metas era aumentar el reciclaje de 4 mil 100 a 10 mil 700 toneladas diarias, y con ello sólo enviar a los rellenos sanitarios 2 mil toneladas diarias de desechos. Pero me aseguran trabajadores que no se alcanzó ni la cifra de 6 mil toneladas diarias de reciclaje por falta de infraestructura y recursos.
La meta oficial para 2024 era de poder reciclar diariamente 3 mil 200 toneladas de residuos; 2 mil 250 se convertirían en composta; 3 mil para combustibles alternos (hoy sólo se utilizan 800 kilogramos); 2 mil 250 para investigación en nuevas tecnologías, y lo que ya no se pudiera aprovechar, 2 mil toneladas, serían enterradas en los rellenos sanitarios.
Lo que me aseguran expertos y trabajadores de limpia es de que 65% de los desechos urbanos capitalinos van a parar a los rellenos sanitarios colindantes, los cuales se encuentran a su máxima capacidad. Además, para su transportación se utilizan tráileres viejos que utilizan diésel con alto contenido de azufre.
Recordemos que Marcelo Ebrard cuando fue jefe de Gobierno (2006-2012), proyectó la creación de cuatro Centros Integrales de Reciclado y Energía (CIRE), y no se concretó ninguno. Sólo se gastaron millones de pesos en viajes al extranjero para conocer los modelos, en estudios, conferencias, seminarios, talleres y en comidas con expertos internacionales.
En el gobierno de Miguel Ángel Mancera (2012-2018) se planeó una planta de termovalorización para incinerar desechos y generar energía eléctrica, pero al llegar Claudia Sheinbaum al poder capitalino lo canceló, porque presuntamente el modelo apuntaba más un negocio que una alternativa sustentable del manejo de los desechos.
Vale recordar que en julio de 2017 entró en vigor la Norma 24 que establece medidas para la correcta separación de los desechos urbanos, pero por los malos hábitos de la población se realiza de manera desordenada.
Otro problema existe en que de los 2 mil 724 camiones recolectores que tiene la CDMX, sólo 636 unidades cuentan con compartimientos para separar los residuos orgánicos e inorgánicos.
Otra alternativa está en marcha con mayor fuerza por parte de ambientalistas y expertos, quienes impulsan el modelo de economía circular, el cual implica el rediseño de patrones de producción y consumo con el fin de que los productos no se conviertan de inmediato en residuos, sino que se vuelvan a utilizar en el sistema productivo.
Este modelo de economía circular va más allá del plan de Basura Cero, y pretende que las empresas diseñen productos con una vida a largo plazo.
Lo deseable es integrar políticas públicas para reforzar o actualizar modelos y marcos regulatorios. Las calles deben estar limpias y los rellenos sanitarios deben pasar a ser historia. Se debe acabar el mecanismo de estar pagando un altísimo costo por la recolección y disposición final de los desechos.
Por ahora, habrá que esperar a que las actuales autoridades indiquen cómo será el plan de renovación del transporte y de qué tipo de tecnología será, así como a el costo y metas definidas para el cambio total de unidades.