El problema de la generación de desechos
En 2019, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció la creación de Organismos Operadores de residuos, locales y regionales, con el objetivo de que su acción se centrara en un modelo de economía circular sustentable.
Por Alejandro Ramos Magaña
En 2019, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció la creación de Organismos Operadores de residuos, locales y regionales, con el objetivo de que su acción se centrara en un modelo de economía circular sustentable.
Si bien las autoridades proyectaron un ordenamiento en el manejo de los desechos sólidos que, a nivel nacional se estima una generación anual de más de 45 millones de toneladas de residuos, aún la mayoría de la basura termina en tiraderos a cielo abierto y en rellenos sanitarios saturados o con deficiencias en su operación.
Además, en los 2457 municipios que hay en todo el país, existe una deficiente infraestructura de recolección, separación y disposición final de los residuos sólidos. Y se estima que más de 85% de los desechos generados en el territorio nacional terminan a cielo abierto contaminando cuerpos de agua, suelos, áreas verdes, impactan la calidad del aire, generan fauna nociva y provocan diversas enfermedades en la población.
El modelo sustentable que impulsó la Semarnat no terminó por concretarse, pese a sus buenas intenciones, y el proyecto enfrenta en el terreno real serios problemas sociales, políticos, económicos y de infraestructura que los gobiernos estatales y municipales, así como las empresas no logran integrar el esquema circular.
Algunas autoridades estatales y locales se han quejado de que los gremios sindicales y grupos de recolección informales —pepenadores— les obstaculizan la conformación de sociedades cooperativas, como lo pretende el modelo de Organismos Operadores.
En otras palabras, los cotos de poder al estilo caciquil-mafioso no ceden al cambio, hay cadenas informales que han logrado enquistarse en la cadena del manejo de residuos.
Pero también en algunas entidades y regiones las autoridades mantienen acciones muy laxas en la gestión de residuos, algunos han preferido endosar el problema a las siguientes administraciones como ocurre en Veracruz, Morelos, Estado de México, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Guerrero, entre otros.
Pese a que el escenario ideal de los Organismos Operadores es establecer mecanismos de certificación para cada proveedor de servicio en la cadena de la gestión de desechos: recolección, separación, almacenamiento, reciclaje y disposición final, este proceso en el entorno real continúa desarticulado.
Pero también existe un rubro que inquieta a expertos y organizaciones ambientalistas, y se trata de que para la Semarnat los desechos inorgánicos y aquellos que no se puedan reciclar ni reusar se destinen a la generación de energía eléctrica, lo cual los ambientalistas reprueban, ya que se estarían utilizando en este proceso calórico materiales altamente tóxicos, lo que además estimularía la producción y comercialización de artículos peligrosos al ambiente y a la salud.
Una visión atinada de los ambientalistas es que este tipo de modelos o planes deben enfocarse en prevenir la generación de residuos, reducir el volumen, y no sólo centrarse en la gestión de los desechos.
De tal forma, este modelo aún no es circular ni totalmente sustentable, pues a los problemas sociales y políticos que enfrenta, se suma el ambiental en que los especialistas recomiendan a las autoridades que se debe enfrentar el problema desde su origen para reducir la generación de residuos. Y algo más, plantean sustituir los materiales tóxicos o peligrosos con el fin de los productos puedan ser reutilizados sin impactar el ambiente. Asimismo, plantean poner énfasis a la responsabilidad extendida al productor para que garantice la gestión de sus materiales al final de su vida útil.
Lo deseables sería que las autoridades escuchen y analicen las propuestas de expertos y ambientalistas, pues sería más productivo sumar ideas para diseñar un proyecto robusto e integrador.
No hay duda, este proyecto se quedó corto durante este gobierno federal, aunque lo respalden organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia de Cooperación Alemana al Desarrollo de México (GIZ).
Y una duda…
Por cierto, qué pasa con el Bordo Poniente, el último relleno sanitario de la Ciudad de México, el cual cerró definitivamente el 31 de diciembre de 2011, y según había planes para convertirlo en un centro de generación de energía eléctrica mediante el el uso del gas metano de la basura. No hubo nada, y la Ciudad sigue enviando sus desechos a cinco rellenos sanitarios en el Estado de México y en Morelos, los cuales por cierto están a punto de saturarse, y la CDMX no ha bajado la generación de residuos la cual es de casi 13 mil 500 toneladas en promedio diario.
De acuerdo con el gobierno capitalino, de las 13 mil 200 toneladas producidas al día, el 68% (aproximadamente 8 mil 600 toneladas), van a parar a cuatro rellenos sanitarios del Estado de México y uno de Morelos, donde se tienen convenios de colaboración, pero a un alto costo para la CDMX, cuyo gobierno destina al año 2,800 millones de pesos.
Y el resto de los desechos, el 32%, (alrededor de 4 mil 100 toneladas), se aprovechan mediante el reciclaje, composta y combustibles alternos. Aunque, la producción de composta enfrenta problemas de distribución por falta de infraestructura y deficientes planes de manejo.
No cabe duda que hay mucha tarea por hacer.