México inicia descargas de agua hacia Estados Unidos para cumplir con el Tratado de 1944
México comenzó las descargas de agua hacia Estados Unidos para reducir el déficit del Tratado de Aguas de 1944 y evitar sanciones comerciales tras la amenaza de Donald Trump.
Por Mario Victorino
México inició este lunes las descargas de agua hacia Estados Unidos como parte de los compromisos establecidos en el Tratado de Aguas de 1944, un acuerdo que regula el reparto de los ríos fronterizos entre ambos países. La medida busca reducir el déficit acumulado y evitar sanciones comerciales tras la advertencia del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles si México incumplía el tratado.
El acuerdo establece que México debe entregar a Estados Unidos una tercera parte de los excedentes de seis ríos que alimentan al Río Bravo en ciclos de cinco años. Sin embargo, el país arrastraba un déficit de casi mil millones de metros cúbicos, lo que generó tensiones diplomáticas y presiones políticas desde Washington.
La amenaza de sanciones comerciales
La administración de Trump advirtió que, de no cumplirse el tratado, se aplicarían aranceles del 5% a las exportaciones mexicanas. Esta amenaza puso en riesgo sectores clave de la economía mexicana, como el automotriz y el agroalimentario, que dependen en gran medida del comercio con Estados Unidos.
La respuesta del gobierno mexicano
El gobierno mexicano anunció el inicio de las descargas con un primer envío de 249 millones de metros cúbicos de agua, destinados a productores estadounidenses del Valle del Río Grande en Texas. Con esta acción, México busca demostrar voluntad de cumplimiento y abrir la puerta a negociaciones que permitan resolver el déficit en su totalidad.
La medida también tiene un fuerte componente político, ya que se da en un contexto de relaciones bilaterales marcadas por temas como migración, seguridad y comercio. Cumplir con el tratado es visto como una estrategia para evitar una guerra comercial y mantener la cooperación en otros ámbitos.
Impacto regional y agrícola
El agua liberada beneficiará directamente a agricultores estadounidenses afectados por la sequía, pero también representa un desafío para México, que enfrenta presiones internas por la escasez en estados fronterizos. El cumplimiento del tratado obliga al país a equilibrar las necesidades de sus comunidades con los compromisos internacionales.
Perspectivas futuras
El inicio de las descargas marca un paso importante para reducir el déficit, pero no resuelve de manera definitiva el problema. México deberá continuar con entregas adicionales y buscar acuerdos técnicos que permitan garantizar el cumplimiento sin afectar gravemente a sus propios productores.
El tema del agua se perfila como uno de los puntos más sensibles en la agenda bilateral, junto con la migración y el comercio, y será determinante en las negociaciones futuras entre ambos países.