Identifican al asesino de Carlos Manzo: un adolescente de 17 años originario de Paracho

El asesino del alcalde Carlos Manzo fue identificado como Víctor Manuel, un joven de 17 años originario de Paracho. El caso expone el reclutamiento de menores por el crimen organizado en Michoacán.

masclaro.mx
today 07/11/2025

Por Mario Victorino


La Fiscalía General del Estado de Michoacán confirmó que el autor material del asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, fue Víctor Manuel Ubaldo Vidales, un joven de 17 años originario del municipio de Paracho. El crimen, ocurrido el 1 de noviembre durante un evento público por el Día de Muertos, conmocionó a la región y desató una investigación que ahora revela una dimensión aún más preocupante: la participación de menores de edad en ejecuciones vinculadas al crimen organizado.

El cuerpo de Víctor Manuel fue abatido en el lugar de los hechos y posteriormente identificado por sus familiares. Las pruebas forenses confirmaron su responsabilidad directa en el ataque, lo que ha encendido las alarmas sobre el perfil de los sicarios que operan en Michoacán y otras regiones del país.


🧠 Reclutamiento juvenil: una tendencia en ascenso

El caso de Víctor Manuel no es aislado. En los últimos años, organizaciones criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han intensificado el reclutamiento de adolescentes para tareas de vigilancia, transporte de armas y ejecuciones. La edad, la vulnerabilidad social y la falta de oportunidades convierten a los jóvenes en blancos fáciles para estas redes.

Paracho, municipio de origen del agresor, ha sido identificado como zona de influencia del CJNG, donde el abandono institucional y la precariedad económica han facilitado el arraigo de estructuras criminales. La participación de un menor en el asesinato de un alcalde en funciones representa un punto de quiebre en la narrativa de seguridad estatal.


⚖️ Implicaciones legales y políticas

La edad del agresor plantea desafíos jurídicos y políticos. Aunque la ley establece límites para la imputación penal de menores, el uso de adolescentes como sicarios por parte de grupos criminales obliga a revisar los marcos legales y las estrategias de prevención. El caso también pone en entredicho la efectividad de los programas sociales y de reinserción juvenil en zonas de alto riesgo.

La ejecución de Carlos Manzo, quien había denunciado públicamente la presencia del CJNG en Uruapan, se interpreta como una represalia directa. La participación de un menor en el crimen refuerza la hipótesis de que el cártel opera con una estructura de mando que incluye adolescentes entrenados para matar.


🧩 Urge una respuesta integral

El asesinato de Carlos Manzo y la identificación de su agresor como un joven de 17 años obligan a repensar la estrategia de seguridad en Michoacán. No basta con operativos militares o detenciones aisladas: se requiere una política integral que atienda las causas del reclutamiento juvenil, fortalezca las instituciones locales y proteja a quienes denuncian al crimen organizado.

La violencia en Michoacán ha alcanzado niveles donde incluso los menores son utilizados como instrumentos de ejecución. El caso Víctor Manuel es una advertencia: si el Estado no actúa con firmeza y profundidad, el crimen organizado seguirá encontrando en la juventud su ejército más silencioso.