Los Cetram… un desastre
Los Centros de Transferencia Modal (Cetram), que se encuentran en 13 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, requieren de manera urgente obras mayores para modernizarse y hacerlos sustentables para las próximas décadas.
Por Alejandro Ramos Magaña
Los Centros de Transferencia Modal (Cetram), que se encuentran en 13 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México, requieren de manera urgente obras mayores para modernizarse y hacerlos sustentables para las próximas décadas.
Este tipo de infraestructura de conexión y movilidad han estado rezagados por más de 30 años, y el resultado ha sido que se han convertido en espacios de alta inseguridad, decadentes, anárquicos, en focos de contaminación e invadidos por el comercio informal.
Se trata de 45 Cetram que tiene la CDMX, y que poseen un gran potencial de transformación, sobre todo, con una visión metropolitana, pero no se vislumbra ni a corto ni a mediano plazo la aplicación de un plan maestro para impulsar su modernización vía esquemas de inversión mixta: pública y privada.
En 2020, el entonces gobierno de Claudia Sheinbaum, canceló las concesiones de obra a la empresa Centro de Movilidad Reforma, la cual proyectaba modernizar el Cetram Constitución de 1917, en Iztapalapa. El motivo fue que no se habían realizado ningún tipo de trabajos por casi dos años. Todo se truncó y ahora este espacio continúa en acelerada decadencia urbana.
También en 2020, el gobierno capitalino canceló el proyecto de mejoramiento del Cetram Chapultepec por incumplimiento en el avance de obras.
El resultado fue otro golpe a la modernización de los Cetram.
El único caso, más actualizado de modernización, se logró en el entonces gobierno capitalino de Marcelo Ebrard (2006-2012), cuando con un esquema de inversión mixta se concretó la transformación, en una primera etapa, del Cetram El Rosario, en Azcapotzalco. El proyecto consistió en construir un nuevo Cetram (que conecta al Metro con las líneas de transporte urbano de superficie con andenes clasificados y ordenados por rutas). Y una segunda fase proyectaba urbanizar un espacio de más de 10 mil metros cuadrados para construir vivienda, oficinas, comercios y hasta un hospital. La concesión la ganó por 30 años el Grupo PRODI.
Además, este grupo desarrollador, modernizó en 2008 el Etram Azteca, en Ecatepec, Estado de México. que incluyó hasta un hospital con esquema social para una zona urbana marginal. Y en 2016, los mismos inversionistas lograron transformar el Etram Cuatro Caminos, en Naucalpan, y aunque el espacio de conexión y movilidad se modernizó, en sus alrededores como avenidas y hasta el sistema de semaforización (que les corresponden a las autoridades del Edomex y de la CDMX), quedaron en el olvido. No hay mantenimiento ni orden en las vialidades, pues lamentablemente es una zona limítrofe y ninguna autoridad le entra con fuerza al tema. Ese es un pasivo que no motiva con fuerza nuevas inversiones. Ya veremos.
Si ya existen en la Ciudad de México y en el Estado de México una serie de instrumentos normativos, económicos y de planeación para la rehabilitación urbana, entonces lo deseable es que los legisladores, autoridades y expertos hagan su tarea. A la Zona Metropolitana de la CDMX le urgen inversiones para lograr una renovación urbana integral orientada al transporte.
La conexión y movilidad, junto al tema del agua, merecen toda la atención institucional.
No hay duda que la compleja estructura del gobierno capitalino representa un reto para la transformación de los Cetram.
La prioridad es fomentar el desarrollo de estos Cetram e impulsar cambios en los entornos a estos como son vialidades, rediseñar calles y banquetas, así como impulsar la construcción de viviendas asequibles.