“Autodepórtate y marcha”: EE.UU. responde con sarcasmo a protesta contra la gentrificación en CDMX
El gobierno de EE.UU. invita con sarcasmo a mexicanos indocumentados a “autodeportarse” para participar en protestas contra la gentrificación en CDMX. La polémica encendió redes y tensó el discurso urbano.

Por Mario Victorino
Estados Unidos elevó la temperatura del debate migratorio con un mensaje tan sarcástico como provocador: el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) invitó públicamente a mexicanos indocumentados a autodeportarse voluntariamente si desean participar en las protestas contra la gentrificación en la Ciudad de México. El comentario, publicado en X (antes Twitter), encendió una ola de reacciones dentro y fuera del país.
La publicación que reventó redes
Acompañado de una nota informativa sobre las manifestaciones del 4 de julio en colonias como Roma y Condesa, el DHS escribió: “Si está ilegalmente en Estados Unidos y quiere unirse a la próxima protesta en la CDMX, puede usar la app CBP Home para facilitar su salida.”
La aplicación mencionada permite gestionar el retorno voluntario, condonar multas migratorias y otorga un bono de salida de mil dólares. En otras palabras: “te pagamos por regresarte si vas a protestar contra la gentrificación”, aunque no lo dijeron así… literalmente.
Protesta en CDMX: ¿reclamo legítimo o xenofobia disfrazada?
Las movilizaciones del 4 de julio fueron encabezadas por colectivos barriales que denuncian la transformación acelerada de zonas populares en enclaves elitistas, impulsada por la migración digital y el alza de rentas. Aunque el reclamo apunta contra las dinámicas inmobiliarias, algunos mensajes —como “Gringo go home”, “Not your home” o “Respeta mi cultura”— levantaron críticas por su tono excluyente y por sugerir que la xenofobia puede convivir con la justicia social.
Reacción en México: entre condenas y matices
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, rechazó la violencia registrada durante la protesta, que incluyó daños a negocios y mobiliario urbano, pero defendió el fondo del reclamo. Diversos analistas advirtieron que la gentrificación en la capital mexicana ha desatado una crisis urbana silenciosa, pero que la solución debe partir de la regulación, no del rechazo cultural.
¿Sarcasmo oficial o fuego cruzado?
El tono del mensaje estadounidense fue interpretado como una mezcla de ironía, oportunismo político y advertencia. Mientras algunos lo califican como una burla diplomática, otros creen que el gobierno de EE.UU. buscó resaltar la paradoja de exigir inclusión dentro y exclusión fuera. Lo cierto es que con solo una publicación logró lo impensable: que los migrantes mexicanos y los gringos que rentan Airbnb en la Condesa coincidan en la conversación.