Se destroza el futuro

La sexta extinción masiva de las especies animales en la historia de la Tierra sigue avanzando en forma acelerada por la destrucción y el mal manejo, de los gobiernos, de las áreas naturales, así como por la huella de carbono de la humanidad.

masclaro.mx
today 07/05/2025

Por Alejandro Ramos Magaña

 

Parece ser exagerado, pero no lo es; el contexto socioeconómico se quiebra inexorablemente, y el futuro puede ser devastador.

La sexta extinción masiva de las especies animales en la historia de la Tierra sigue avanzando en forma acelerada por la destrucción y el mal manejo, de los gobiernos, de las áreas naturales, así como por la huella de carbono de la humanidad.

Hay daños a los ecosistemas que son irreversibles a nivel global y regional. Existen gobiernos, como el mexicano, que solo mantienen como prioridad el discurso de defensa de la biodiversidad, pero en los hechos, solo buscan apuntalar su permanencia en el poder político a costa de permitir planes que dañan al ambiente como las refinerías, la quema de combustóleo para generar energía eléctrica, frenar la transición de las energías renovables, así como dejar sin recursos ni planes de manejo a parques nacionales o áreas naturales protegidas.

Hoy, podríamos decir sin exagerar, que no hay en México (o si lo hay es muy débil) un sistema de planificación para saber qué es lo que realmente necesita el país; hasta ahora las prioridades de los gobiernos de la llamada 4T se fueron en obras muy costosas a la nación como la refinería Olmeca, Dos Bocas, en Tabasco (que sigue sin operar y ha costado 20 mil 959 millones de dólares, demasiado arriba de lo que prometió Andrés Manuel López, que solo sería de 8 mil millones de dólares), el Tren Maya (con altos impactos destructivos a los ecosistemas), y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, que se abastece de agua de un acuífero 800% sobreexplotado (y hasta ahora no hay nuevas fuentes de abasto de agua en la región).

Los crecimientos industriales, urbanos y agrícolas continúan aceleradamente sin estar en  ningún programa de planificación estatal, y menos en el Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 (plagado de buenas intenciones pero sin metas de evacuación. El del sexenio anterior solo era un plan político sin objetivos ni metas; en pocas palabras puro rollo).

EL GRAN IMPACTO GLOBAL

No hay duda, todos los ecosistemas en el planeta están impactados por la actividad humana, han sido sobreexplotados y destruidos al amparo de las omisiones de los gobiernos en turno. Todo se ha agravado en las últimas décadas por la excesiva e irracional quema de combustibles fósiles, lo cual intensifica el calentamiento global y con ello vienen otros impactos económicos y sociales como son las constantes migraciones masivas.

En 2021, la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas, organismo intergubernamental que apoya la ONU, informó que están en peligro de extinción un millón de especies de flora y fauna, y en los últimos 20 años el fenómeno lleva una tendencia en ascenso sostenido. Sin duda, estamos ante un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad.

El investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, Gerardo Ceballos González, quien publicó su libro: La Aniquilación de la Naturaleza (Océano, 2021), comentó a esta columna que existe información científica que, en los últimos 600 millones de años en la Tierra, se han registrado cinco extinciones masivas, y ya se inició una sexta. “Hay que dejar claro que en los últimos 100 años el hombre aceleró la desaparición de especies que, en condiciones normales a la propia naturaleza, le hubiera llevado más de 10 mil años. Por ejemplo, hace 2 millones de años desaparecía una especie por cada 5 mil años. Hoy tenemos la alerta de extinción masiva hasta por un millón de especies”.

Severa alerta para la humanidad, y tal y como lo señala la ONU, la mayor alteración a los ecosistemas la tenemos a nivel de tierra, en los bosques, donde se registra un 75% de la afectación y destrucción de ecosistemas, mientras que en los ecosistemas marinos la afectación es cercana a 70%. Y los estudios científicos arrojan que hay decrecimiento de 30% de casi 27 mil 600 especies de vertebrados como aves, peces, anfibios, mamíferos y reptiles.

Para Gerardo Ceballos, la humanidad tiene a lo mucho, dos décadas para aplicar medidas urgentes y frenar los innumerables daños a los ecosistemas.

Junto con Ceballos, la comunidad científica y conservacionistas a nivel global, urgen a frenar la sobreexplotación de la pesca, bajar el consumo de carne roja, crear modelos sustentables de cultivos y de ganadería, aplicar políticas públicas de cero tala en bosques, contrarrestar la erosión de suelos y recuperar la cubierta vegetal, así como combatir a las grandes mafias que trafican especies y siguen talando bosques.

Además, plantean sanear ríos y lagunas, frenar de forma urgente la sobreexplotación de los acuíferos, así como evitar que cerca de 100 mil productos químicos sean descargados cada año a los ecosistemas terrestres y marinos, y a la atmósfera. Sin duda, una tarea titánica, pero no imposible.

Y Ceballos advierte: “La sobreexplotación es una de las causas graves de extinción y es también responsable de vaciar muchos ecosistemas de sus aves y mamíferos”.

A este llamado de alto a la extinción de las especies, también debemos sumar que los planes de desarrollo urbano establezcan políticas de “cero afectación” a los ecosistemas y crear planes de manejo con recursos garantizados para que cada año se revise el crecimiento de los asentamientos urbanos y se evite la afectación al suelo de conservación.

Y sin restarle prioridad, también se deben impulsar programas integrales para acelerar la transición de la sustitución de los combustibles fósiles por el uso de energías renovables (eólica, solar y eléctrica). El cambio climático es una amenaza demasiado seria para las civilizaciones y para la biodiversidad en general Y el cambio climático ya lo tenemos encima lo que hoy en día rebasa las débiles respuestas gubernamentales.

“El sólo cambio climático es suficiente para rematar esta sexta extinción masiva que ya está en camino”, me asegura Ceballos.

Queda claro que, no se puede hablar de sustentabilidad, si la mancha urbana crece a costa de arrasar con la biodiversidad. 
Esto ya no puede seguir así, pues la ONU indica que existen en el mundo más de 2 mil millones de personas (de un universo de 8 mil millones de habitantes), que no tienen acceso al agua potable, y otros 2 mil millones que carecen de alimentos diariamente.

Las migraciones humanas masivas, como las que ocurren en Centroamérica, el Caribe, Asia y África, serán cada vez de mayor magnitud que reventarán económica y socialmente a las naciones receptoras. México ya lo está viviendo y las fronteras sur y norte se están convirtiendo en auténticas bombas de tiempo. Lo que digan las autoridades, por ahora, es puro rollo, no hay planes estratégicos de contención, atención y de brindar alternativas efectivas de asilo.

Los hechos claman acciones urgentes, de lo contrario seguiremos por camino de las extinciones, de las migraciones masivas y de la lucha a muerte por lo que quede de recursos naturales.