Tensión en el aire: Aviones espía de EE.UU. y la creciente vigilancia en México

Por Mario Victorino

La presencia de aviones de reconocimiento de Estados Unidos en el espacio aéreo cercano a la frontera con México ha desatado una fuerte controversia. Aunque el gobierno mexicano confirmó la autorización de dos misiones de vigilancia en los primeros días de febrero, informes internacionales sugieren que al menos 18 vuelos de este tipo se llevaron a cabo en un lapso de diez días.

Las aeronaves involucradas incluyen modelos especializados en intercepción de comunicaciones y recopilación de inteligencia, como el RC-135 Rivet Joint y el U-2, diseñados para operar a gran altitud. También se ha reportado el uso del P-8 Poseidon, utilizado para la vigilancia marítima y la recopilación de señales de inteligencia.

El gobierno mexicano ha expresado preocupación por la posibilidad de que estos vuelos se hayan realizado sin plena transparencia, lo que ha generado cuestionamientos sobre el respeto a la soberanía nacional. Funcionarios de seguridad han señalado que, si bien hay cooperación en materia de seguridad con EE.UU., se desconoce el propósito exacto de estas misiones.

Este incremento en la vigilancia aérea ocurre en un contexto de mayor colaboración entre ambos países para frenar el tráfico de fentanilo y la migración irregular. Como parte de estos acuerdos, México ha desplegado 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera, mientras que Washington ha pospuesto la imposición de nuevos aranceles a productos mexicanos.

La polémica ha reavivado el debate sobre la intervención militar de EE.UU. en territorio mexicano y los límites de la cooperación bilateral. Las autoridades mexicanas han prometido esclarecer el alcance de estos vuelos y garantizar que no se vulneren los acuerdos internacionales ni la integridad del espacio aéreo nacional.