Genaro García Luna sentenciado a 38 años de cárcel por narcotráfico y delincuencia organizada

El exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, ha sido sentenciado a 38 años de prisión por cargos de narcotráfico y delincuencia organizada.

x.com
today 16/10/2024

REDACCIÓN.


El exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, ha sido sentenciado a 38 años de prisión por cargos de narcotráfico y delincuencia organizada. Esta decisión pone fin a un largo proceso judicial en Estados Unidos, donde García Luna fue hallado culpable de colaborar con el Cartel de Sinaloa durante su tiempo en el gobierno mexicano.

La sentencia fue dictada por una corte federal en Nueva York, que encontró suficientes pruebas para concluir que García Luna, quien estuvo a cargo de la lucha contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón, facilitó el tráfico de drogas y aceptó sobornos millonarios del cartel dirigido por Joaquín "El Chapo" Guzmán. Durante el juicio, varios testigos protegidos, incluidos exmiembros del cartel, declararon en su contra, revelando la presunta relación de complicidad entre el funcionario y la organización criminal.

 

Un golpe al legado de la “Guerra contra el narcotráfico”

La condena de García Luna representa un duro golpe para la imagen de la estrategia de seguridad implementada durante la presidencia de Felipe Calderón (2006-2012), que estuvo marcada por una guerra frontal contra los cárteles del narcotráfico. Como uno de los principales arquitectos de esta política, García Luna jugaba un papel crucial en las operaciones contra el crimen organizado, pero ahora ha quedado expuesto como un colaborador encubierto del mismo grupo criminal al que supuestamente combatía.

Las autoridades estadounidenses señalaron que, bajo la dirección de García Luna, el Cartel de Sinaloa no solo operó con impunidad, sino que expandió significativamente su control sobre el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Los sobornos millonarios que presuntamente recibió aseguraron protección gubernamental para el cartel y acceso a información estratégica sobre operativos militares y policiales.

 

Testimonios clave y evidencias contundentes

El juicio de García Luna estuvo marcado por una serie de testimonios de testigos cooperantes, muchos de ellos exmiembros del Cartel de Sinaloa, que describieron en detalle cómo el exsecretario de Seguridad mantenía reuniones clandestinas con líderes del cartel. Además, la fiscalía presentó evidencia documental y financiera que respaldaba las acusaciones de que García Luna había recibido grandes sumas de dinero a cambio de garantizar que las operaciones del cartel no fueran obstaculizadas.

Uno de los momentos más relevantes del juicio fue la declaración de Jesús “El Rey” Zambada, hermano de Ismael “El Mayo” Zambada, quien afirmó haber entregado personalmente millones de dólares en efectivo a García Luna para asegurar la protección del cartel. Otros testigos describieron la red de complicidad que involucraba a altos funcionarios del gobierno mexicano y su rol en facilitar el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos.

 

Repercusiones políticas y diplomáticas

La condena de García Luna también ha generado un fuerte debate en México sobre la corrupción en los más altos niveles de gobierno y el papel de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico. A pesar de los esfuerzos conjuntos entre ambas naciones para combatir el crimen organizado, este caso ha puesto de manifiesto las profundas complicidades que han permitido que los cárteles sigan operando con relativa impunidad.

El gobierno mexicano, bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha utilizado el caso de García Luna para señalar los fallos de la estrategia de seguridad implementada por gobiernos anteriores y para justificar su propia política de seguridad, enfocada en “abrazos, no balazos”. Sin embargo, el caso también plantea preguntas sobre la actual relación entre el crimen organizado y funcionarios públicos, algo que López Obrador ha reconocido como un problema sistémico.

 

Un caso histórico

Con esta sentencia, Genaro García Luna se convierte en el funcionario de más alto nivel del gobierno mexicano condenado por colaborar con un cartel de narcotráfico. Su caso se suma a otros escándalos de corrupción y criminalidad en la política mexicana, lo que refuerza la percepción de que las instituciones del país han sido vulnerables a la infiltración del crimen organizado.

La condena de 38 años de prisión no solo marca el fin de la carrera de García Luna, sino que también manda un mensaje contundente sobre las consecuencias de la corrupción al más alto nivel en la lucha contra el narcotráfico.