Incumplimiento en escuelas del Estado de México, venta de comida chatarra persiste
En el Estado de México, la venta de comida chatarra en las escuelas sigue siendo un problema persistente, a pesar de las regulaciones establecidas para proteger la salud de los estudiantes.
En el Estado de México, la venta de comida chatarra en las escuelas sigue siendo un problema persistente, a pesar de las regulaciones establecidas para proteger la salud de los estudiantes. Según un estudio reciente, 3,547 escuelas públicas y privadas han sido reportadas por permitir la comercialización de productos ultraprocesados dentro o fuera de sus instalaciones.
Las denuncias ciudadanas han revelado una serie de incumplimientos alarmantes:
Refrescos y Comida Chatarra: El 76% de las denuncias mencionan que se vende refrescos al interior o exterior de las escuelas. Además, en el 97.6% de los casos, se comercializa comida chatarra.
Ausencia de Frutas y Verduras: En el 65.5% de las escuelas, no se ofrece fruta o verdura como opción de alimentación.
Comités de Vigilancia: Sorprendentemente, el 84.2% de las escuelas no cuentan con un comité de vigilancia encargado de supervisar la prohibición de la venta de comida chatarra.
Bebederos de Agua Potable: En un 83.9% de las escuelas, no se han instalado bebederos de agua potable para los estudiantes.
La plataforma Mi Escuela Saludable ha registrado un total de 5,961 reportes ciudadanos en el Estado de México, lo que evidencia la necesidad de una mayor supervisión y cumplimiento de las normativas. A nivel nacional, durante el ciclo escolar 2023-2024, se han reportado 21,156 escuelas por incumplir las restricciones sobre la venta de alimentos y bebidas en los planteles educativos.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) tiene la responsabilidad de actualizar los lineamientos para la venta y distribución de alimentos en las escuelas. Es fundamental que se promueva una alimentación saludable entre los niños y adolescentes, protegiendo así su salud a largo plazo. La lucha contra la venta de comida chatarra en las escuelas debe ser una prioridad para garantizar un entorno educativo más saludable y consciente.