La tormenta perfecta: redadas migratorias y el despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles
Las redadas migratorias de Trump en Los Ángeles han desatado una crisis con protestas, enfrentamientos y el despliegue de la Guardia Nacional.

Por Mario Victorino
Las redadas migratorias ordenadas por Donald Trump han desatado una crisis en Los Ángeles, una ciudad con una alta población migrante. La combinación de operativos masivos, protestas y el despliegue de la Guardia Nacional ha generado un ambiente de tensión que algunos analistas han calificado como una "tormenta perfecta".
Redadas y protestas en Los Ángeles
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha intensificado sus operativos en la ciudad, con el objetivo de aumentar las cifras de arrestos y deportaciones. En un solo día, la agencia detuvo a más de 2,200 personas, marcando un récord en la aplicación de su política migratoria.
Las redadas han provocado una respuesta inmediata de la comunidad migrante y activistas, quienes han salido a las calles en señal de protesta. Las manifestaciones, inicialmente pacíficas, han derivado en enfrentamientos con la policía, bloqueos de calles y daños a vehículos oficiales.
El despliegue de la Guardia Nacional
Ante el aumento de los disturbios, Trump ordenó el envío de 700 infantes de marina y 4,000 efectivos de la Guardia Nacional a Los Ángeles. La medida ha sido criticada por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien calificó el despliegue como una "fantasía desquiciada de un presidente dictatorial".
El gobierno federal ha defendido la acción, argumentando que es necesaria para restablecer el orden y garantizar la seguridad en la ciudad. Sin embargo, la presencia de tropas ha generado más indignación entre los manifestantes, quienes consideran que la militarización de la crisis es una estrategia de intimidación.
Impacto político y social
Las redadas y el despliegue de tropas han reavivado el debate sobre la política migratoria de Trump y el papel de California como estado santuario. La administración ha expresado su frustración por el ritmo de las deportaciones y ha presionado para aumentar los arrestos a 3,000 por día.
El gobierno de California ha respondido con una demanda contra la Casa Blanca, argumentando que el despliegue militar es ilegal y viola la soberanía estatal.