San Juanico: La tragedia industrial que marcó la historia de México
El 19 de noviembre de 1984, México fue testigo de una de las tragedias industriales más devastadoras de su historia: las explosiones en la planta de almacenamiento de gas LP en San Juan Ixhuatepec, Tlalnepantla, Estado de México.
Por Mario Victorino
El 19 de noviembre de 1984, México fue testigo de una de las tragedias industriales más devastadoras de su historia: las explosiones en la planta de almacenamiento de gas LP en San Juan Ixhuatepec, Tlalnepantla, Estado de México. Este suceso no solo dejó una huella imborrable en miles de familias, sino que también puso en evidencia la fragilidad de las medidas de seguridad industrial y la necesidad urgente de planificación urbana responsable.
El desastre
En la madrugada de aquel día, una fuga en uno de los tanques de gas licuado de petróleo (LP) de la planta de PEMEX desencadenó una serie de explosiones en cadena, liberando bolas de fuego que alcanzaron temperaturas superiores a los 1,000 grados Celsius. Las detonaciones, visibles y audibles a kilómetros, devastaron un radio de 11 hectáreas, destruyendo viviendas y acabando con la vida de cientos de personas.
Las cifras oficiales nunca fueron completamente claras, pero se estima que entre 500 y 600 personas murieron, más de 2,000 resultaron heridas con quemaduras y lesiones graves, y miles quedaron sin hogar. El caos se apoderó de la zona mientras familias enteras intentaban huir de las llamas, muchas veces sin éxito.
Causas detrás del desastre
El origen de la tragedia se atribuyó a una falla en los sistemas de seguridad y mantenimiento de la planta, junto con una falta de regulación que permitió la construcción de instalaciones industriales peligrosas en zonas densamente pobladas. A ello se sumó la ausencia de protocolos efectivos de emergencia, lo que agravó el impacto del siniestro.
Las secuelas
El desastre de San Juanico evidenció graves fallas estructurales en la planeación urbana y en la supervisión de instalaciones industriales en México. A raíz de este evento:
- Se fortalecieron las normativas de seguridad industrial, especialmente para el manejo y almacenamiento de hidrocarburos.
- Se impulsaron políticas para la reubicación de instalaciones peligrosas fuera de zonas urbanas.
- La tragedia marcó un antes y un después en la percepción de la gestión del riesgo industrial.
Sin embargo, las víctimas directas e indirectas continuaron enfrentando las consecuencias durante años. Muchas familias perdieron no solo sus hogares, sino también su salud, debido a las secuelas físicas y psicológicas del evento.
Un recordatorio constante
A 40 años del desastre, San Juanico sigue siendo un recordatorio del peligro que representa la negligencia y la falta de regulación en sectores de alto riesgo. La tragedia dejó lecciones cruciales para la protección de las comunidades, pero también una deuda pendiente con las víctimas y sus familias, quienes aún claman por justicia y reconocimiento.