Gobernador de Oaxaca ausente durante 36 horas tras descarrilamiento del Tren Interoceánico
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, permaneció ausente durante 36 horas tras el descarrilamiento del Tren Interoceánico, lo que generó críticas por falta de respuesta inmediata ante la emergencia.
Por Mario Victorino
El descarrilamiento del Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec ocurrido en Oaxaca el 28 de diciembre de 2025 dejó 13 personas muertas y casi un centenar de heridos. El accidente, considerado uno de los más graves en la historia reciente del transporte ferroviario en México, puso en evidencia fallas en seguridad y mantenimiento de la infraestructura.
Ausencia del gobernador
Durante las primeras 36 horas posteriores al accidente, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, no atendió directamente la emergencia ni se presentó en la zona afectada. La ausencia del mandatario estatal generó críticas de ciudadanos, organizaciones civiles y actores políticos, quienes señalaron falta de liderazgo y de respuesta inmediata en un momento de crisis.
Reacciones públicas
La demora en la atención oficial fue interpretada como un vacío de autoridad en el manejo de la emergencia. Mientras las fuerzas federales y cuerpos de rescate desplegaban operativos de auxilio, la ausencia del gobernador alimentó cuestionamientos sobre la capacidad de reacción del gobierno estatal y su compromiso con las víctimas.
Implicaciones políticas
El retraso en la respuesta de Jara Cruz podría tener consecuencias políticas y sociales. Por un lado, refuerza la percepción de que las autoridades locales no están preparadas para enfrentar emergencias de gran magnitud. Por otro, abre un debate sobre la coordinación entre gobiernos estatales y federales en proyectos estratégicos como el Tren Interoceánico, cuya operación se encuentra bajo escrutinio tras el accidente.
La ausencia del gobernador de Oaxaca durante las primeras 36 horas tras el descarrilamiento del Tren Interoceánico se convirtió en un símbolo de la falta de reacción institucional ante una tragedia que exige transparencia, responsabilidad y atención inmediata. El episodio deja abierta la discusión sobre la capacidad de respuesta de los gobiernos locales frente a crisis de alcance nacional.