¿Tonantzin o Virgen de Guadalupe? la madre indígena casi borrada por la Iglesia católica

Explora la historia de Tonantzin, la madre sagrada de los pueblos originarios, y cómo su culto se transformó en la devoción a la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac.

masclaro.mx
today 11/12/2025

Por Mario Victorino


Tonantzin, cuyo nombre en náhuatl significa “Nuestra Madre Venerada”, es una figura central en la cosmovisión indígena de México. Su culto, ligado a la fertilidad y a la tierra, sobrevivió a la conquista española y se transformó en una devoción que aún hoy marca la identidad nacional: la Virgen de Guadalupe.


Origen prehispánico

Tonantzin no era una sola diosa, sino un título que los mexicas otorgaban a distintas figuras maternas, como Coatlicue, asociada con la tierra y la creación. El cerro del Tepeyac fue el lugar donde los pueblos originarios rendían homenaje a esta madre sagrada, pidiendo abundancia y protección. La veneración a Tonantzin reflejaba la relación íntima entre comunidad y naturaleza, recordando que la supervivencia dependía de la armonía con el entorno.


Sincretismo religioso

Con la llegada de los españoles, el culto indígena fue absorbido por la Iglesia católica. El Tepeyac, espacio sagrado para los mexicas, se convirtió en el epicentro de la fe guadalupana. Para los pueblos originarios, la Virgen de Guadalupe no representó una ruptura, sino una continuidad: Tonantzin permaneció bajo un nuevo nombre y una nueva imagen, adaptándose a las exigencias coloniales sin desaparecer.


Significado contemporáneo

Hoy, Tonantzin es reivindicada como símbolo de resistencia cultural y espiritualidad indígena. Su figura se utiliza en movimientos sociales y feministas como emblema de fuerza materna y raíz ancestral. En el arte, la literatura y el activismo, Tonantzin aparece como recordatorio de que la identidad mexicana se construye sobre la fusión de tradiciones y la memoria de los pueblos originarios.


Conclusión

Tonantzin no es un vestigio olvidado, sino una presencia viva en la cultura mexicana. Su transformación en la Virgen de Guadalupe demuestra cómo las creencias indígenas sobrevivieron a la colonización y se adaptaron para seguir siendo parte esencial de la identidad nacional.