Otro plan ambiental… ¿Detendrá la destrucción de ecosistemas?

Corre una nueva “película “ sexenal que se llama: restauración y conservación de ecosistemas, principalmente, costeros. Aunque tal vez el final sea el mismo que otras “películas” del mismo tinte: soso, cuestionable, sin aportación y malo por omisiones y corrupción.

masclaro.mx
today 02/07/2025

Por Alejandro Ramos Magaña


Corre una nueva “película “ sexenal que se llama: restauración y conservación de ecosistemas, principalmente, costeros. Aunque tal vez el final sea el mismo que otras “películas” del mismo tinte: soso, cuestionable, sin aportación y malo por omisiones y corrupción.

Se trata del Programa Nacional de Restauración Ambiental (2025-2030), el cual fue presentado recientemente por las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Al exponer este plan, la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, dijo (algo que ya sabemos) que, detrás de lo severos deterioros en los ecosistemas marinos y costeros, se encuentra la actividad humana que al utilizar en tierra pesticidas, herbicidas, petróleo, fertilizantes, detergentes, sustancias químicas, así como descargar aguas residuales , basura y hasta por el tráfico en costas y mares afectan la biodiversidad.

El diagnóstico en el país no ha cambiado, solo se agrava más cada año por no aplicarse la ley, por la corrupción, por débiles planes de manejo, por la insuficiencia de recursos económicos y materiales para conservar ecosistemas, y hasta por falta de personal profesional.

Bárcena presume que su nuevo programa tiene una estrategia hasta el 2050, ya que asegura que este gobierno fijará objetivos y metas para alcanzar la restauración de 325 zonas naturales dentro de 25 años. Para este año tiene como meta la recuperación de 50 ecosistemas, entre ellos 14 sistemas costeros y marinos (entre los que destacan Reserva de la Biosfera Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado; Reserva de Biosfera Río Lagartos, Río Celestún y Sian Ka’an).

Y la funcionaria agrega que a fines de este sexenio, una vez restaurados, decretará Áreas de Prosperidad Marina a 10 zonas, hasta hoy afectadas, en el Golfo de California.

Y suma más acciones de intervención en 14 sistemas costeros y marinos; 17 zonas forestales; seis parques y bosques urbanos; seis islas; seis cuencas y cuerpos de agua continentales; y una zona con estrés ambiental extremo (Planta ex Unidad de Fertimex, en Salamanca).

El listado en su primer plano apantalla, llama  la atención y reclama la confianza perdida en la sociedad. Sin embargo, Bárcena no informó cuánto costará esta estrategia al menos para este sexenio. Y después del 2030 cuánto se deberá invertir para lograr la gran meta en 2050.

De entrada hoy sabemos que las delegaciones de la Semarnat en los estados están desmanteladas, falta personal técnico certificado,  no hay recursos ni infraestructura para cumplir, al menos con las tareas básicas. 
Además, están desarticuladas las relaciones entre municipios, estados y la Federación, que pese a ser gobiernos del mismo partido hay intereses que desvían objetivos hasta descarrilar proyectos.

Recordemos que el 7 de enero pasado la Semarnat, Profepa, y los gobiernos de la Ciudad de México, Estado de México y Morelos firmaron un convenio de Coordinación para Proteger el Bosque de Agua (que abarca 250 mil hectáreas y se extiende por las tres entidades). Se presumió que se combatirá la tala ilegal, las invasiones, el cambio de uso de suelo y el robo de tierra de monte. Prometieron someter a consulta con las comunidades y actores involucrados el plan de manejo, pero a la fecha no hay nada. 
También las autoridades prometieron que presentarían el 5 de junio pasado (Día Mundial del Medio Ambiente) el decreto de la nueva área natural protegida Bosque de Agua (que incluiría a otras 21 áreas naturales protegidas); tampoco hubo nada. Y a la fecha no sabemos cuánto costará esta estrategia de conservación y qué alternativas le ofrecerán a los comuneros, pues muchos viven de la tala, de actividades agroindustriales en suelo boscoso, y hasta impulsan la urbanización.

La tragedia de México es que se anuncian planes y planes de conservación y no vemos ni un programa efectivo, al menos, para que todos los municipios traten el agua residual y dejan de contaminar con agua de drenaje ríos y mares. Y que decir de las industrias que desechan sustancias químicas a los cuerpos de agua y a la tierra. Esta situación está fuera de control, como también lo está la tala ilegal a manos del crimen organizado.

El Plan Nacional de Desarrollo, del actual gobierno federal, ni siquiera incluye a los parques nacionales ni a las áreas naturales protegidas como ejes de seguridad nacional con objetivos, metas y asignaciones presupuestales claras. Este documento solo se centra como una plataforma de buenos deseos.

El 23 de junio pasado, Alicia Bárcena reconoció que México pierde cada año 155 mil hectáreas de superficie vegetal. Pero no va a fondo por qué lo seguimos perdiendo. Como tampoco cuestiona a fondo el ecocidio que provocó el Tren Maya en la Península de Yucatán; también omite el daño que provocó la refinería Olmeca Dos Bocas, la cual destruyó más de 300 hectáreas de manglares. Y cabe precisar que ambas obras del sexenio de López Obrador iniciaron sin contar con la Manifestación de Impacto Ambiental. Violaron todas las normas ambientales y de seguridad por manejo de residuos tóxicos.

Bárcena debe de garantizar a México que su programa de restauración marina y costera sí será efectivo, sin demagogia, sin mentiras ni corrupción. 
La duda y los escenarios rebasan al plan en ciernes.

Lo veremos al tiempo.