Tribunal de EE.UU. bloquea la mayoría de los aranceles impuestos por Trump
Un tribunal de Estados Unidos bloquea la mayoría de los aranceles impuestos por Trump, argumentando que exceden su autoridad. Conoce los detalles del fallo y su impacto global.
Por Mario Victorino
Un tribunal federal de Estados Unidos ha dictaminado que la administración de Donald Trump se extralimitó al imponer amplios aranceles a las importaciones, bloqueando la mayoría de estas medidas. La decisión representa un revés significativo para la política comercial del expresidente, que había justificado los gravámenes como parte de una estrategia para reducir el déficit y combatir el tráfico de drogas.
Detalles del fallo judicial
El Tribunal de Comercio Internacional determinó que Trump no tenía autoridad para imponer aranceles de manera unilateral, ya que la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Nacional de 1977 no le otorga facultades ilimitadas para regular el comercio exterior. Según el fallo, el Congreso es el único órgano con capacidad para establecer tarifas aduaneras, lo que invalida la mayoría de los decretos presidenciales.
La decisión afecta los aranceles impuestos a China, México y Canadá, así como los gravámenes adicionales del 2 de abril, que establecían tarifas de hasta 50 por ciento dependiendo del país de origen. Sin embargo, el fallo no anula los impuestos sobre vehículos, acero y aluminio, que seguirán vigentes.
Reacciones y posibles apelaciones
La Casa Blanca ha criticado la decisión, argumentando que los jueces no deberían interferir en asuntos de emergencia nacional. La administración Trump ya ha presentado una apelación, buscando revertir el fallo y mantener los aranceles como parte de su estrategia comercial.
Por otro lado, China ha instado a Estados Unidos a eliminar por completo los aranceles, calificándolos de unilaterales e injustificados. Los mercados financieros han reaccionado positivamente a la noticia, con un aumento en las bolsas asiáticas y europeas.
Impacto en el comercio global
La decisión judicial podría modificar el panorama comercial internacional, obligando a Estados Unidos a renegociar acuerdos con sus principales socios. Mientras tanto, el Congreso deberá evaluar si introduce nuevas regulaciones para evitar futuras disputas sobre el poder presidencial en materia de comercio.