Los cárteles mexicanos expandieron sus operaciones
Los cárteles mexicanos diversifican sus actividades ilícitas más allá del narcotráfico, incursionando en extorsión, trata de personas y robo de combustible.

Por Mario Victorino
En un giro alarmante, los cárteles mexicanos han diversificado sus actividades ilícitas, dejando de depender exclusivamente del narcotráfico como su principal fuente de ingresos. Según informes recientes, estas organizaciones han incursionado en delitos como la extorsión, el tráfico de personas, el robo de combustible y la explotación ilegal de recursos naturales. Esta diversificación no solo les permite generar mayores ganancias, sino también adaptarse a las crecientes presiones de las autoridades.
El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) continúan liderando en el tráfico de drogas, pero también han ampliado sus operaciones hacia el lavado de dinero y el robo de combustible. Por otro lado, grupos como el Cártel del Noreste y Cárteles Unidos han encontrado en la extorsión y la trata de personas negocios más lucrativos que el narcotráfico. Incluso, actividades como la venta ilegal de tabaco y la pesca ilícita han sido documentadas como fuentes de ingresos para estas organizaciones.
La designación de varios cárteles como organizaciones terroristas por parte del Departamento de Estado de Estados Unidos ha intensificado los esfuerzos internacionales para combatir estas actividades. Sin embargo, esta clasificación también plantea desafíos en términos de soberanía nacional y cooperación bilateral.
La diversificación de los cárteles refleja su capacidad para adaptarse a las acciones gubernamentales y mantenerse como actores clave en el crimen organizado. Este fenómeno subraya la necesidad de estrategias integrales que combinen esfuerzos locales, nacionales e internacionales para enfrentar esta amenaza.