El asesinato del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández: más detalles del caso
El sacerdote Ernesto Baltazar Hernández fue asesinado en Edomex por una banda de “goteras”. Drogado con clonazepam, golpeado con un bate y abandonado en un canal. Tres personas están detenidas.
Por Mario Victorino
El homicidio del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis ha revelado un entramado de violencia y engaños que involucra a una banda de “goteras”, dedicada a drogar y robar a sus víctimas. Las investigaciones de la Fiscalía del Estado de México han permitido reconstruir los hechos y detener a tres personas vinculadas con el crimen.
La desaparición
El sacerdote fue visto por última vez el 29 de octubre de 2025, cuando acudió a un encuentro con Fátima “N”, una mujer con la que mantenía una relación desde hacía meses. Ambos se trasladaron a un departamento en la Unidad Habitacional Morelos, Tultitlán, donde posteriormente se sumaron otros dos implicados: María Fernanda “N” y Brandon Jonathan “N”.
El modus operandi de las “goteras”
- El sacerdote fue drogado con gotas de clonazepam en sus bebidas, una práctica común de este tipo de bandas para someter a sus víctimas.
- Tras varias horas de convivencia, los agresores lo golpearon con un bate de béisbol, lo que derivó en su muerte.
- Posteriormente, su cuerpo fue trasladado en una camioneta y abandonado en un canal de aguas negras en Nextlalpan, donde fue localizado dos semanas después.
Las detenciones
- La Fiscalía vinculó a proceso a tres personas por homicidio doloso y robo agravado.
- Fátima “N” declaró que trabajaba como escort y que había mantenido encuentros sexuales con el sacerdote durante un año.
- Los otros dos detenidos habrían participado directamente en la agresión y el traslado del cuerpo.
Impacto en la comunidad
El caso ha generado conmoción en la diócesis y entre los feligreses de la capilla de la Santa Cruz en Tultepec, donde Ernesto Baltazar ejercía su ministerio. La revelación de su estilo de vida, marcado por fiestas y consumo de alcohol, ha abierto un debate sobre la vulnerabilidad de líderes religiosos y la necesidad de esclarecer el trasfondo del crimen.